jueves, 26 de abril de 2012

Corriendo por Hamburgo: Parques, la cultura del deporte y las mujeres

Por motivos de trabajo suelo pasar al menos un par de semanas en Hamburgo cada año. Hamburgo es una ciudad bastante particular, por su ubicación, por su historia y su urbanismo. Puerto principal de Alemania, sufrió enormemente los castigos de la Segunda Guerra Mundial, algún que otro incendio y una inundación importante, por lo que ha sido reconstruida en varias ocasiones. Es una ciudad altamente industrializada, con una renta per cápita superior a los 50.000 EUR (la más alta de Alemania) y tasas de empleo de un 88% de población en edad de trabajar (es decir, trabaja todo el mundo). Aunque con más de 120.000 empresas en la zona es fácil trabajar, ¿no? A ello le añadimos que tiene una de las mejores redes de transporte público de Europa y un carril bici que recorre la ciudad.
¿Por qué cuento todo esto? Porque uno esperaría una gran colmena en una ciudad con más de 2000 habitantes por kilómetro cuadrado, y sin embargo se las han apañado para que haya un parque casi en cada esquina de la ciudad. Y, quizá lo más sorprendente, en cada parque puedes ver decenas y decenas de personas corriendo, haciendo remo, bicicleta, nadando... con frío o con lluvia, en invierno o en verano, por la mañana temprano o por la tarde. Es sorprendente la cultura del deporte popular que se vive no sólo en Hamburgo, sino en la mayoría de paises de Europa. Sobre todo cuando la comparas con España.

Muchos os podéis preguntar: estamos viviendo la edad de oro del deporte español, ¿a qué viene todo esto? Por supuesto, no estoy hablando de deporte de élite, de gente que come de practicar deporte. Hablo de deporte como elemento integrado en la vida diaria, en el trabajo y en la familia de cada uno de nosotros. Del deporte como elemento generador de placer, autorrealización y mejora de condición física, bajo mi punto de vista, y en mayor o menor medida, los tres elementos que aporta la práctica de deporte a una persona en su vida codidiana. De la base de adultos ( 18 a 45 años) que nunca serán deportistas de élite, pero que disponen de ciertas horas de ocio al cabo de la semana.

Y aquí, como en otros muchos males de este país, entra en juego nuestro sistema educativo. Un sistema educativo que, ante todo, segrega, diferencia entre el buen estudiante y el buen deportista, haciéndolos casi términos excluyentes y contrarios. Un sistema en el que el fomento de deporte universitario es cero y donde se invierte en instalaciones a las que no se saca ni siquiera el 25% del rendimiento. Muchas veces me he preguntado si con el deporte no pasa lo mismo que con la literatura:¿cuantas personas han vuelto a leer de adultos "El Quijote" o "Fuenteovejuna" después de que el BUP de entonces las metiera "con calzador" en nuestras vidas?

Pero volvamos a Hamburgo, al Außenalster, centro neurálgico del deporte en la ciudad. Siempre me sorprende la cantidad de mujeres que corren o montan en bicicleta. En España, hace 15 años, el panorama era desolador. Una mujer corriendo era un auténtico "bicho raro". Ahora parece que las cosas están cambiando, las populares arrastran mucha participación femenina y es bastante habitual encontrar mujeres en los grupos de runners de cualquier ciudad. Pero me temo que el "ojímetro" indica que en Alemania las cosas son aún diferentes. Buceo en la red y encuentro este artículo, muy revelador. Sí, también en esto estamos aún a la cola de Europa.

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